Borniza

Tipo: Máscara de Bornizo y acción performática

Dimensiones: 154x22 cm

Lugar: Residencia “Bosque Habitado”

Fecha: 2025

Habitar la piel ajena, introducirse en una corporalidad que no es la propia y con ella abrigarse, identificarse y conectarse con el entorno. Es un acto de suspensión del yo, un tránsito hacia una percepción expandida. La nueva corporalidad no es un disfraz, sino un umbral: un espacio donde la identidad se vuelve porosa y dialoga con lo que la rodea. Abrigarse en ella es encontrar refugio en la metamorfosis, y desde esa mudanza sensorial, el entorno deja de ser un escenario para convertirse en una extensión del propio ser.

Obra realizada durante la residencia “Bosque Habitado” Arte efímero en la Sierra de Espadán.

Habitar la piel ajena, introducirse en una corporalidad que no es la propia y con ella abrigarse, identificarse y conectarse con el entorno. Es un acto de suspensión del yo, un tránsito hacia una percepción expandida. La nueva corporalidad no es un disfraz, sino un umbral: un espacio donde la identidad se vuelve porosa y dialoga con lo que la rodea. Abrigarse en ella es encontrar refugio en la metamorfosis, y desde esa mudanza sensorial, el entorno deja de ser un escenario para convertirse en una extensión del propio ser.

Obra realizada durante la residencia “Bosque Habitado” Arte efímero en la Sierra de Espadán.

Habitar la piel ajena, introducirse en una corporalidad que no es la propia y con ella abrigarse, identificarse y conectarse con el entorno. Es un acto de suspensión del yo, un tránsito hacia una percepción expandida. La nueva corporalidad no es un disfraz, sino un umbral: un espacio donde la identidad se vuelve porosa y dialoga con lo que la rodea. Abrigarse en ella es encontrar refugio en la metamorfosis, y desde esa mudanza sensorial, el entorno deja de ser un escenario para convertirse en una extensión del propio ser.

Obra realizada durante la residencia “Bosque Habitado” Arte efímero en la Sierra de Espadán.

Habitar la piel ajena, introducirse en una corporalidad que no es la propia y con ella abrigarse, identificarse y conectarse con el entorno. Es un acto de suspensión del yo, un tránsito hacia una percepción expandida. La nueva corporalidad no es un disfraz, sino un umbral: un espacio donde la identidad se vuelve porosa y dialoga con lo que la rodea. Abrigarse en ella es encontrar refugio en la metamorfosis, y desde esa mudanza sensorial, el entorno deja de ser un escenario para convertirse en una extensión del propio ser.

Obra realizada durante la residencia “Bosque Habitado” Arte efímero en la Sierra de Espadán.

Habitar la piel ajena, introducirse en una corporalidad que no es la propia y con ella abrigarse, identificarse y conectarse con el entorno.

Obra realizada durante la residencia “Bosque Habitado” Arte efímero en la Sierra de Espadán.